Estaba anocheciendo y no podía parar de buscar el oso de peluche que me regaló mi abuela el día de mi octavo cumpleaños.
Los recuerdos que me traían
aquel muñeco eran grandiosos ya que me recordaba a mi infancia, a los buenos
momentos que pasaba jugando con él al calor de la hoguera durante aquellas
tardes invernales.
Dejé la búsqueda para dirigirme al laberinto de los sueños. Mis ojos se debieron de cerrar ya que mi mundo cambió radicalmente para adentrarme de lleno en aquella mágica excursión que viví con Carlos, Luis y Celia cuando sólo teníamos 8 años, los mismos que cuando me regalaron aquel maravilloso osito.
Estábamos en el bosque y
estaba atardeciendo después de un largo día de excursión. Tomamos un atajo para llegar
al pueblo lo antes posible para que nuestros padres no se preocuparan.
Estábamos en el bosque y
estaba atardeciendo después de un largo día de excursión. Tomamos un atajo para llegar
al pueblo lo antes posible para que nuestros padres no se preocuparan.
Me di cuenta que estaba cegado por el brillo de esas maravillosas piedras, cuando alguien me colocó un antifaz. Al principio, me aterroricé, estaba confuso, no sabía qué pasaba ni dónde estaban mis amigos. Poco a poco, mi vista se fue adaptando y, los vi, sentados a mi lado, junto con el extraterrestre, al que, por cierto, decidimos llamar Paco. No era tan verde como la primera vez que lo vimos. Aquel lugar cambió por completo, era aún más espectacular, las estrellas brillaban con más intensidad, y parecían moverse. Te atraían con su colorido y contoneo. Tanto es así que, alargué la mano y... ¡¡pude coger una!! En un acto reflejo me la traje a la boca y... ¡eran de gominola! No podía creerlo, estaba en el paraíso...
ResponderEliminarCada día recuerdo mis maravillosas aventuras con mis amigos, Carlos, Luis y Celia que hicieron de mi niñez una mágica aventura...
ResponderEliminarSoñar era muy fácil con ellos, imaginarnos personajes fabulosos en las sombras de aquel majestuoso bosque que atravesábamos cada vez que volvíamos a casa. '¡Todo era divertido y misterioso! hasta me pareció ver mi osito en aquella oscuridad iluminando nuestro sendero...sin embargo no era el regalo de mi abuela...era una estrella que nos marcaba el camino hacia lo desconocido...hacia mundos nuevos llenos de luz...
Siguiendo el camino que marca la estrella diviso a lo lejos un extraño objeto, ¿qué será? Ya estoy muy cerca de saber qué es lo que se esconde detrás del objeto misterioso, pero de repente !pummm¡ todo ha sido un sueño... ya no conoceré lo que había en el camino dibujado por las estrellas, quizás fuese mi osito, quizás mis amigos, quizás... intentaré dormirme otra vez, para volver a caminar por la estela que dibujan las estrellas.
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